Un hecho insólito conmocionó a la localidad de Villa Carmela, en Tucumán, cuando un joven de 22 años irrumpió en su propio velorio al grito de “¡Estoy vivo!”, provocando sorpresa y confusión entre familiares y vecinos. Tras el episodio, la Justicia inició una investigación para identificar al verdadero fallecido.

El caso comenzó el jueves, cuando un joven se quitó la vida arrojándose bajo un camión en las inmediaciones del Puente Negro, en Alderetes. El cuerpo fue trasladado a la Morgue Judicial para su análisis.

Al día siguiente, una mujer se presentó en la Comisaría de Alderetes y aseguró que se trataba de su hijo, desaparecido desde la jornada anterior. Según informó el jefe de la Unidad Regional Este, Carlos Daniel Ruiz, la madre “reconoció los restos” por la vestimenta y rasgos físicos.

Con esa base, la Justicia autorizó la entrega del cuerpo sin realizar estudios de ADN ni huellas dactilares. La familia organizó rápidamente el velorio en su casa, al que asistieron allegados y vecinos.

En plena ceremonia, el supuesto fallecido apareció sorpresivamente en la puerta y gritó “¡Estoy vivo!”. La escena derivó en gritos, llantos y corridas, mientras la madre abrazaba a su hijo en estado de shock.

Según trascendió, el joven habría estado ausente debido a un viaje que nunca comunicó. Sus familiares describieron lo ocurrido como “un milagro y una pesadilla”.

Tras la confusión, el cuerpo velado fue retirado y trasladado nuevamente a la Morgue Judicial, donde se realizarán pruebas genéticas y dactilares para intentar confirmar su identidad.