Redacción VenadoInforma | Venado Tuerto —  Si en julio alguien le anticipaba a un productor de la región que iba a cerrar la campaña con lotes de 80 o 90 quintales, difícilmente lo hubiera tomado en serio. Sin embargo, eso es exactamente lo que muestran los resultados de esta semana en el sur de Santa Fe.

Los datos que llegan desde los alrededores de Venado Tuerto, y que se repiten hacia Marcos Juárez y el corredor Armstrong–Cañada de Gómez, confirman una campaña que quedará registrada como una de las más sobresalientes de las últimas décadas.

Rendimientos excepcionales en la Zona Núcleo

El comportamiento del cultivo superó todas las previsiones. El promedio regional se consolidó en torno a los 60 quintales por hectárea, muy por encima del récord anterior de 47 qq/ha.

A esto se suman los picos de rendimiento que sorprendieron incluso a los técnicos. Fotos de monitores marcando valores cercanos a 110 quintales circularon en los últimos días. “Son rindes de maíz”, coinciden los ingenieros, señalando una combinación poco frecuente entre clima y manejo.

A escala nacional, la producción trepa a 25,5 millones de toneladas, un incremento del 37% respecto a la campaña pasada, con fuerte impacto en el movimiento comercial del interior.

El otro lado de la balanza: la proteína

El avance del volumen vino acompañado de un problema de calidad que hoy concentra la atención en acopios y cooperativas.

La explicación técnica es clara: con tantos granos por llenar, la planta distribuyó su capacidad proteica en una mayor cantidad de kilos. Como resultado, buena parte del trigo llega con niveles de proteína por debajo del 8%, lejos del estándar comercial de 11% necesario para evitar descuentos.

Para el productor esto implica que, aunque hay más camiones en ruta, el precio por tonelada enfrentará rebajas. Es un trigo que difícilmente termine en panaderías o en mercados exigentes como Brasil; su destino más probable será la exportación hacia Asia o África.

Aprovechar la ventana de buen tiempo

Más allá del debate comercial, el foco esta semana está puesto en sostener el ritmo de cosecha. Si bien el pronóstico hacia el domingo muestra baja probabilidad de lluvias, los productores buscan aprovechar al máximo la actual estabilidad del clima.

Por eso, la actividad en los lotes se mantiene intensa. Las cosechadoras trabajan en horarios extendidos para avanzar todo lo posible mientras se conserva esta ventana favorable. Las luces encendidas en los campos por la noche reflejan la intención de asegurar esta campaña excepcional sin depender de cambios bruscos en las condiciones del tiempo.